El PVA puede sufrir degradación a través de múltiples mecanismos, incluidos procesos fototérmicos, de oxidación y biológicos. Los estudios de investigación han demostrado que una amplia gama de microorganismos, incluidos al menos 20 tipos diferentes de bacterias, así como varios mohos y levaduras, poseen la capacidad de descomponer el PVA. Estos ataques microbianos y bioquímicos dan como resultado la conversión de PVOH en subproductos ambientalmente benignos, incluidos dióxido de carbono, agua y biomasa. Este proceso de degradación natural subraya la naturaleza ecológica del PVA y su mínimo impacto en el medio ambiente.