El PVA es conocido por sus propiedades no tóxicas, lo que lo convierte en una opción segura para diversas aplicaciones. Encuentra un amplio uso en envases para productos domésticos y alimentarios, aplicaciones médicas como recubrimientos de cápsulas y tabletas, y como componente de lágrimas artificiales. Además, el PVA desempeña un papel en el sector cosmético al facilitar la mezcla de componentes químicos. Los estudios toxicológicos han demostrado consistentemente la mínima absorción de esta sustancia por el cuerpo humano, lo que llevó a su aprobación para el consumo oral. Este perfil de seguridad refuerza el uso generalizado de PVA en todas las industrias, garantizando el bienestar de los consumidores y pacientes por igual.